Concepto de dolor es analizado desde diversas frecuencias y disciplinas: música, psiquiatría y filosofía

Dolor Alta

"Cartografías del dolor: miradas interdisciplinarias sobre el Homo Dolens”, proyecto que involucra al Instituto de Historia UC y la Universidad de Oxford vivió su tercer y último seminario, donde investigadores del área musical, psiquiatría, literaria y filosófica expusieron diversas perspectivas sobre el concepto de dolor. 

Enmascarar el dolor” fue el título del último seminario enmarcado en un proyecto de académicos del Instituto de Historia UC (Claudio Rolle y Rafael Gaune), financiado por la Universidad de Oxford. En el encuentro coincidieron investigadores de diversas áreas humanistas y artísticas, quienes se refirieron al concepto de dolor desde sus ópticas y perspectivas disciplinarias.

Rafael Gaune explicó que se trató del tercer encuentro asociado a la iniciativa Cartografías del dolor: Miradas interdisciplinarias sobre el Homo Dolens”. “Queríamos finalizar con la dimensión estética del dolor, por eso en este encuentro se abordó la perspectiva del dolor como sanación estética y también desde la música”, explicó. 

La idea del proyecto es hacer una cartografía del dolor, teniendo en cuenta “distintas frecuencias y ámbitos del concepto, por eso es interdisciplinaria”, agregó Gaune. El objetivo final es publicar un libro colectivo que reúna las miradas de los tres seminarios, donde participen los 25 autores involucrados. “Será publicado por el Fondo de Cultura Económica y esperamos que salga a inicios del próximo año”, adelantó el académico.


La música y su interpretación


Entre los invitados al último seminario sobre el dolor, estuvo el académico del Instituto de Música Jaime Donoso, quien presentó una ponencia titulada “Simbología musical del dolor”, la que comenzó con una introducción general. Donoso se refirió a los roles que cumple un compositor y un hermeneuta, como intérprete de la música. 

Manifestó que esta expresión artística ha sido definida como “arquitectura en movimiento, mientras que la arquitectura es música petrificada”. Entre los seis elementos que conforman el lenguaje musical, nombró el ritmo, tempo, altura, texturas, timbres y dinámicas; y agregó que las “estructuras musicales son indeterminadas”.

Si bien, señaló, un compositor como Beethoven es capaz de usar esquemas formales y reconocidos, sus obras cobran autonomía. Frente a este fenómeno, manifestó Donoso “debemos recalcar que respecto de la condición del lenguaje de la música, la música no significa nada”.

Añadió que “tendríamos que aceptar que la música es signo de ella misma, pero en realidad la música no significa nada, particularmente la música instrumental. La música es un lenguaje asemántico”, profundizó.  Al mismo tiempo, planteó que si bien la música instrumental no significa nada, al mismo tiempo puede “decirlo” todo, es decir, puede describir “algo” en términos de que se producen asociaciones simbólicas.

“Sea que la música describa, simbolice o sea composición arquitectónica, sólo podrá explicarse desde sí misma”, aseguró. A la vez, se refirió al valor agregado que presenta este lenguaje asemántico, pues “la abstracción es capaz de transmitir emociones” y puede producir una imaginería en el auditor, una que quizás el compositor jamás concibió.

Por otro lado, Donoso se refirió al origen de la música occidental en términos de su proveniencia del canto litúrgico gregoriano, al cual calificó como “objetivo”. Si bien, acotó el académico, en algunos periodos más positivistas la función de la música fue asociada a “expresar las pasiones del alma”, hoy es posible reafirmar que “la música no significa nada”.

Otro aspecto que otorga valor expresivo a la música, ejemplificó, son los intervalos. En este ámbito radica la presencia del dolor como categoría simbólica, según el investigador. En este sentido, señaló, en el Barroco el dolor era expresado en “una cadena cromática de segundos menores descendientes”.        

El dolor siempre ha sido un buen aliado de la música”, expresó Donoso y agregó que fue Nietzsche quien dijo que “no puedo diferenciar las lágrimas de la música”, mientras que Cioran manifestó que “toda verdadera música proviene del llanto”.  

*También participaron del seminario los investigadores Felipe Cussen (Usach); Patricio Olivos (Sociedad Chilena de Salud mental); Nicolás lema (Université Paris 1).




INFORMACIÓN PERIODÍSTICA
Violeta Bustos, Dirección de Comunicaciones